En la Edad Media no circulaba casi nadie. Si se cruzaban dos carruajes o un jinete y un carro, se solía preferir continuar por el lado izquierdo del camino, ya que se tenía al otro viajero en en lado derecho. La mayoría de las personas, al ser diestras, empuñaban la espada con la mano derecha, movimiento que se realizaba mejor estando al lado izquierdo.
Normalmente, se mantenía la espada envainada a la izquierda, protegida de los posibles oponentes y pare evitar golpear accidentalmente a las personas. Los peatones, de las clases más pobres, debían ceder a los caballeros o comerciantes el lazo izquierdo del camino, y ellos continuar por el derecho.
La Revolución francesa varió radicalmente esta costumbre que se había mantenido con el tiempo. Los revolucionarios extendieron la idea de igualdad entre todas las clases sociales. Así, la nobleza francesa evitando poner sus vidas en peligro por la ferocidad de los revolucionarios, se cambiaron al lado derecho de los caminos.
Napoleón Bonaparte |
El resto del mundo comenzó poco a poco a normalizar el paso de vehículos por el lado derecho, incluso EEUU (colonia británica) tras conseguir la independencia, con el fin de eliminar cualquier vínculo de la soberanía británica.
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